Isabel Allende denuncia machismo en el Premio de Literatura de Chile

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La exitosa escritora chilena critica que el Premio de Literatura de su país sólo lo hayan ganado tres mujeres


Isabel Allende habla por teléfono tras un mueble de oficina que parece cocina americana. Lleva una blusa negra delgada y, sobre ella, otra más colorida, larga, volátil. La voz es cálida y tiene una cierta modulación redondeada, que la acerca y la aleja del acento chileno. Es un tono claramente moldeado en viajes, donde Chile es una escala frecuente.
La más vendedora de todos los escritores chilenos, la autora austral más traducida es ahora una posible candidata al Premio Nacional de Literatura de Chile, postulación que despertó polémicas de las que, se supone, Isabel no quería hablar.
Al recordarle que el premio se entrega en agosto, Allende pregunta "¿Sabes qué época es exactamente?", y su vivo interés se oculta tras la frase "Averíguame, porque sería bueno al menos saber para estar enterada".
Pero nada delata que le incomode el tema. "Yo sé que hay una verdadera controversia en este momento en Santiago, en Chile, por el premio. Y hay una movilización fuerte -enfatiza la palabra 'fuerte'- de un montón de mujeres que sienten que esto ya no tiene nada que ver conmigo. Tiene que ver con desafiar el machismo. ¿Cómo es posible que se le haya dado a tres mujeres en la historia del premio, que a Gabriela Mistral se lo dieran cinco años después del Nobel? Bueno, a Pablo Neruda también", se distrae y remata: "Ya me sobrepasó por completo la cosa".
¿Está dispuesta a dar la pelea?
Estoy dispuesta. Y es un costo brutal para mí...
Pero ha tenido vocación de dar la pelea...
Mira, he dado muchas peleas en mi vida, pero nunca han sido peleas personales. Son peleas por ideas. Yo, por una idea o por una causa, me juego entera, no me importa. Pero en lo personal, me hieren las cosas. Y, en general, la gente ha sido generosa, cariñosa. En Chile, sobre todo. Cuando dicen: "En Chile te han tratado tan mal", no. No nos equivoquemos: los literatos chilenos me han tratado mal. Pero la gente en Chile me ha tratado bien siempre. Incluso, antes de que fuera escritora, cuando escribía en la revista Paula. ¿Quiénes eran mis enemigos? Cuatro gatos que se ofendían.
¿Y siente que el Premio Nacional ahora es un símbolo?
Creo que sí. Son las mujeres las que han impulsado esto. La Delia Vergara y las mujeres periodistas, premios nacionales también. Mujeres. Mujeres, porque va más allá el cuento...
¿Le gusta eso?
Claro que me gusta. Me encanta. Me encanta porque la pelea ya no es mía. La pelea es de todos.
Antes había estado mucho más reticente...
Estaba completamente reticente, porque no quería volver a exponerme a lo que ya pasó. Pero esta vez, cuando la Delia me dijo "te vamos a presentar, de todas maneras", entendí que había llegado el momento. Ahora, es posible que no me lo lleve. Todo esto es muy prematuro. Primero, la candidatura todavía no se ha presentado. Y después, puede que no me lo lleve también.
Defensa contra las críticas
¿Cuál es la crítica que más le ha dolido?
Hay algunas que me sacan los choros del canasto, por estúpidas. Por ejemplo, que soy un fenómeno de marketing. Eso es no tener idea de lo que están hablando. Algunas personas creen, o se les metió en la cabeza, que yo vendo libros porque mis editores hacen una campaña de marketing. Mis editores publican, qué sé yo, mil libros al año. ¿Por qué le van a hacer campaña a uno solo? ¿Por qué de los mil vende uno y no los mil...?
¿Se cuestiona la calidad?
¿Crees que con una campaña de marketing puedes sostener un producto durante treinta años si no tiene calidad? Ahora, ¿de dónde voy a sacar yo los medios o las conexiones para hacerme una campaña de marketing? Ellos pensarán que tengo una agencia de publicidad que trabaja para mí... Están enfermos de la cabeza. ¿Y por qué no ponen ellos una campaña de marketing, a ver si pueden vender algo? -y remarca la palabra 'algo'-.
¿Le molesta el tema de la calidad?
No, porque eso es completamente subjetivo. Mis libros se estudian en las universidades americanas. Son lectura obligada en la secundaria. Si te mostrara mi currículum, verías los premios.
A ellos podrán no gustarle mis libros, pero a mí puede ser que tampoco me guste Kafka. Me da rabia porque es... quitarle mérito al éxito ajeno, porque con eso te sientes mejor tú, que eres pequeño. Es una pequeñez de espíritu.
MAURICIO ALARCÓN C.EL MERCURIO (CHILE)SAUSALITO (CALIFORNIA)

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