martes, 3 de agosto de 2010

El Museo Nacional se quedó chiquito

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Su capacidad de almacenamiento está tan desbordada que sus directivos decidieron cerrar al público una sala de exposición permanente para proteger de manera adecuada la colección de obras de Fernando Botero, que generalmente, está en el exterior.

Para la directora, María Victoria de Robayo, la situación es una muestra evidente de que la ampliación del Museo, cuya aprobación -cual historia de Macondo se logró hace 16 años, pero no se ha ejecutado- es una necesidad real.

"Si no hay espacio no se puede ampliar la colección y, entonces, no vamos a poder contar en el futuro lo que pasa hoy ", dice la directora.

Esto porque el espacio tampoco alcanza para hacer guiones que muestren la historia del país. "La colección del Museo, prácticamente, se detuvo en 1948, cuando se fundó. Lo que contamos ahora tiene que ver, en buena parte, con la historia oficial, pero, aunque este es un país diverso, no estamos en capacidad de mostrar las culturas distintas, los indígenas, los negros, nada de lo que ha pasado en La Guajira o el Amazonas. El Museo Nacional debe contar eso", dice la directora.

Un asunto de estrechez
Para colmo, el Museo no cuenta con áreas para preparar el montaje de exposiciones ni para revisar las obras, luego de expuestas, algo elemental en un museo de su rango. "Entre un montaje y otro hay que cerrar una sala, revisar ahí el estado de las obras, hacer inventario, luego pintar la sala, esperar a que se seque, poner una mesa y trabajar con las obras que se van a exponer", dice la funcionaria. Todo eso se debería hacer en áreas especiales.


El Museo ni siquiera tiene un lugar techado óptimo de cargue y descarge. Por eso, cuando llegan exhibiciones grandes, es común que se genere caos vehicular por cualquiera de las vías que lo circundan, incluida la congestionada carrera Séptima.


Además, no ha podido traer algunas exhibiciones porque sólo cuenta con una sala de exposiciones temporales de apenas 240 metros cuadrados. Basta decir que el Museo de Antioquia, por ejemplo, tiene cinco salas temporales con 1.800 metros cuadrados.


Ampliación en vilo
El museo más importante del país es tan estrecho para sus 'habitantes' que, para poder montar la exposición con motivo de la Independencia, hubo que desocupar salas con obras permanentes. En términos coloquiales, a veces, para poder mostrar algo nuevo, tienen que dejar de exhibir colecciones que deberían estar permanentemente expuestas.


Si bien, la ampliación del Museo fue aprobada en 1996 con una decisión del Consejo Nacional de Política Económica y Social (Conpes), esta no se ha llevado a cabo, entre otras, por las discusiones entre la gran cantidad de entidades envueltas. Entre ellas, están los ministerios de Cultura y Hacienda, la Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca, la Gobernación, la Lotería de Cundinamarca y la Beneficencia.


Sin embargo, hace un par de meses el panorama negativo cambió (véase recuadro) y podría haber una oportunidad de oro. Lo que sí es claro es que si el Museo Nacional no se amplía, la historia de Colombia quedará mal contada y suspendida en la mitad del siglo XX.

Publicado el
DIEGO GUERRERO
CULTURA Y ENTRETENIMIENTO

F eltiempo.com

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